Una investigación de la revista estadounidense Consumer Reports reveló la presencia de metales pesados en diferentes productos de comida para bebés.
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Según el estudio, un 68 por ciento de los productos examinados (entre estos meriendas y cereales de algunas marcas en el mercado) contenían metales pesados como cadmio, mercurio, plomo y arsénico.
Estos primeros tres están ligados al cáncer, autismo, problemas del aparato respiratorio y esclerosis. Por su parte, el arsénico se asociada al cáncer y enfermedades cardiovasculares.
Los productos comestibles para niños generan anualmente sobre 53 mil millones de dólares.