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En casi todos los hogares boricuas, el microondas es un aliado indispensable: calienta el café de la mañana, revive el arroz del día anterior y hasta derrite el queso para unas papas asadas de apaga y vámonos. Pero con tanto uso, también se convierte en un imán para salpicaduras, olores y manchas difíciles de limpiar… hasta que descubres los trucos caseros que realmente funcionan.
El más popular —y quizás el más fácil— es el truco del limón. Solo necesitas un bol con agua, unas rodajas de limón (o el jugo de uno entero) y cinco minutos. Coloca el bol dentro del microondas, caliéntalo hasta que el agua hierva y deja que el vapor aromático afloje la grasa y la suciedad de las paredes. Luego, pasa un paño húmedo… y listo. Además de limpiar, deja un olor fresco y cítrico.
Otra opción infalible es el vinagre blanco. Mezcla media taza de vinagre con media taza de agua en un recipiente apto para microondas. Caliéntalo durante dos o tres minutos y, como con el limón, deja actuar el vapor unos minutos antes de limpiar con un paño. Este truco es ideal para eliminar los olores fuertes, como el de pescado o popcorn quemado.
¿Tienes salpicaduras pegadas? Una mezcla de bicarbonato de sodio y agua puede funcionar como pasta limpiadora. Aplícala directamente sobre las manchas difíciles, déjala reposar unos minutos y luego frota con una esponja suave.
Y para mantenerlo limpio por más tiempo, un consejo de las abuelas: cubre tus platos con una tapa apta para microondas o un papel toalla cuando calientes comida. Así evitas que las salpicaduras se conviertan en una batalla posterior.
Con estos trucos sencillos y económicos, ya no hay excusas para tener un microondas sucio. Porque en la cocina boricua, el sabor manda… pero también el orden y la limpieza.