Con cada nuevo pontífice surgen curiosidades sobre su vida cotidiana: ¿qué come?, ¿a qué hora se levanta?, ¿puede tener mascotas? Y una pregunta que a menudo despierta sorpresa: ¿el Papa puede beber alcohol?
La respuesta es sencilla: sí, el Papa puede consumir alcohol. No existe ninguna prohibición en el derecho canónico ni en las tradiciones del Vaticano que impida al sumo pontífice beber vino, cerveza o licores, siempre que lo haga con moderación.
De hecho, el vino ocupa un lugar central en la liturgia católica. Durante la misa, el vino se consagra como símbolo de la sangre de Cristo. Es una bebida con profundo significado espiritual y cultural en el mundo cristiano.
A lo largo de la historia, varios Papas han disfrutado de bebidas alcohólicas como parte de celebraciones o encuentros diplomáticos.
El papa emérito Benedicto XVI tenía gusto por la cerveza alemana, y el papa Francisco ha sido visto brindando con vino en eventos oficiales, siempre en un contexto sobrio y social.
Eso sí, el consumo de alcohol por parte del Papa es discreto y moderado, acorde con su papel de guía moral y ejemplo de vida equilibrada.
En lugar de lujos o excesos, suele predominar una actitud de sobriedad, respeto y cercanía a las costumbres sencillas del pueblo.
En resumen, sí, el Papa puede beber alcohol, y hacerlo no representa ninguna falta religiosa ni contradicción con su rol. Lo importante, como en toda vida cristiana, está en el equilibrio, la intención y el contexto.