Cocinar al vapor no tiene por qué ser sinónimo de comidas insípidas. En Puerto Rico, donde el sazón es parte esencial de la cultura gastronómica, preparar alimentos al vapor puede convertirse en una experiencia sabrosa y saludable si se incorporan los ingredientes locales adecuados.
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El secreto está en cómo se sazona antes, durante y después de la cocción. “El vapor no impide que se infunda sabor. Al contrario, permite que los ingredientes conserven sus propiedades naturales y que las especias se adhieran de forma más pura”, asegura la chef Zorali Pérez, especialista en cocina saludable con base en Caguas.
Una de las claves para lograr esto está en los adobos previos. Para carnes blancas o pescados, Pérez recomienda una marinada ligera de limón criollo, ajo machacado y orégano fresco. “Dejar el alimento reposar al menos 30 minutos en esta mezcla realza los sabores sin necesidad de grasa”, explica.
Otro truco esencial es incorporar hierbas y aromáticos directamente en el agua del vaporizador. Hojas de recao, trozos de jengibre fresco y hasta ramitas de albahaca o menta puertorriqueña pueden transformar por completo el perfil aromático del plato. “Mientras el vapor sube, arrastra esos aromas y los infunde en los alimentos”, añade la chef.
Para vegetales al vapor, un toque de aceite de oliva con cúrcuma fresca rallada o un polvo de ají dulce seco pueden aportar color y sabor sin saturar el paladar. También se pueden preparar mezclas secas con sal marina del sur, pimienta de Cayey, cebolla deshidratada y ralladura de china para espolvorear justo al servir.
“Lo importante es conocer los ingredientes locales y aprender a usarlos en sus formas más puras”, comenta Pérez. “Cuando cocinamos al vapor, cada condimento cuenta, porque no hay mantequilla ni fritura que maquille el resultado”.
En tiempos donde la salud y la sostenibilidad ganan terreno en la cocina, sazonar bien al vapor representa una oportunidad perfecta para redescubrir los sabores auténticos de Puerto Rico, resaltando nuestras raíces con cada bocado.
