(Por Luis Pagán, Grass)
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Aquí va la historia…
Hace dos años llega este taxista a una barra de La Placita. El individuo viene con este reguero de turistas. Recuerdo que eran seis mujeres y él solo.
Viene, se para en la barra y empieza a pedir shots (estaban picao’s, eso se notaba). Yo seguía sus órdenes, sacaba shot tras shot. El tipo solo tenía whisky y los shots eran para ellas, que gritaban una y otra vez ”¡Puerto Rico! ¡Chichaíto!, ¡ah! ¡eh!”.
Esas muchachas siguieron y siguieron pidiendo, realmente no sé cuántos tragos se dieron, pero una se trepó en una silla mientras brincaba y gritaba”¡Puerto Rico, woho!
En una se tambaleó y terminó vomitando en el primer zafacón que tenía en su cara. Entonces, cuando miro al taxista, él estaba en una esquina muerto de la risa diciendo: ”¿Querías chichaíto?, ¡toma chichaíto!”.
Terminó abrazada y no de un toilet. De un zafacón de barra…
El chichaíto es del diablo. Ron con anís = hangover pa’l país.