(Por Edward Manuel, Cóctel en Paseo Caribe)
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Se convirtió en un cliente habitual. Un muchacho pudiente en cuestión económica, que pasaba todos los días.
Al comienzo de sus visitas yo veía un cliente más que venía por pasar el rato. Sin embargo, de momento todo dio un giro y mientras siguieron pasando las semanas, me di cuenta que esa persona había cambiado y estaba deteriorado físicamente.
Un día se mareó frente a la barra cuando lo estaba atendiendo y le preguntó: ”¿te sientes bien?”. Su respuesta vino acompañada de una confesión: ”lo que pasa es que yo tengo cáncer y no sé cuánto tiempo voy a estar vivo”.
Eso a mí me ”trabajó”, porque son situaciones que se quedan en la barra y que nadie ve. La gente piensa que la gente solo viene a beber, pero tú no sabes lo que pasa en realidad.
Entonces, de ese lado estamos nosotros los bartenders y nuestra relación con los visitantes.