En medio de las mutltidinarias manifestaciones en Estados Unidos para erradicar el racismo tras la muerte de George Floyd a manos de la Policía de Minneapolis (Minnesota), surgió la renuncia del editor de la revista de gastronomía Bon Appétit, Adam Rapoport, tras enfrentar denuncias de discriminación racial por una foto despectiva de los puertorriqueños.
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Esto evidencia que el discrimen racial se ha perpetuado por décadas y se manifiesta en todas las esferas sociales y profesionales.
Específicamente dentro de la industria gastronómica son muchos los chefs puertorriqueños que estudian y hacen su práctica fuera del país, experimentando de cerca el discrimen.
Varios de los tops chefs de la gastronomía local que estudiaron en Estados Unidos, confirmaron a Sabrosía haber sido discriminados y estereotipados por ser puertorriqueños.
Tal es el caso del chef Wilo Benet y la chef Marisoll, ambos con una exitosa carrera de más de dos décadas en la escena gastronómica.
“He experimentado discrimen de todo tipo y colores, al punto de que no quiero vivir en los Estados Unidos. Me decían fuck… puerto rican”, afirmó Benet, propietario de Wilo Eatery & Bar.
“Los americanos piensan que los únicos blancos son los que viven en Norteamérica. Tengo un inglés perfecto, mi apellido es catalán pero se interpreta como ‘americano’ y todo estaba bien hasta que decía que era puertorriqueño”, relató el reconocido chef, quien estudió y trabajó en Florida y Nueva York, por más de siete años.
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De igual forma repudia que todavía existe tanto racismo en Estados Unidos. “En Estados Unidos existe lo que se conoce como ‘puerto rican friendly’, pero lamentablemente todavía hay mucho racismo”, sostuvo.
Por su parte la chef Marisoll, quien estudió en Nueva York, también admitió que sintió el discrimen tanto por ser mujer como ser puertorriqueña.
“Yo estudié en The Culinary Institute of America en New York hace más de 30 años cuando no había mucho boricua, ni latino estudiando allá y los americanos se burlaban de mí. Me decían que qué hacía allí y que dónde quedaba Puerto Rico”, compartió la cocinera con más de tres décadas en la industria.
Chef Marisoll también hizo su práctica en Londres, en donde volvió a experimentar el discrimen por ser “una chef mujer y puertorriqueña”.
“Se burlaban en la cara porque ellos se consideran la meca de la cocina y qué hace allá esta jíbara de Puerto Rico”, contó.
Asimismo, el chef José Santaella comentó que “a través de la historia los puertorriqueños siempre hemos sentido discrimen”.
“Realmente en mi caso personal no he sentido discrimen, pero he conocido muchos casos que sí. Es una pena porque todos somos terrícolas y debemos ayudarnos porque el racismo no deja nada bueno”, señaló Santaella, quien ha trabajado en Estados Unidos y en España.
En cambio, el autor del libro Cocina Tropical resaltó que la gastronomía puertorriqueña ha evolucionado, y en ese sentido, las personas sienten interés por conocer la cocina local.
“(Las) protestas son válidas porque uno se tiene que dar a respetar y hay que ponerse en el lugar de las personas. Debemos pensar que ninguna raza es mejor que otra, todos somos iguales”, puntualizó Santaella.
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