Las coles de bruselas o “brussels sprouts” son unos repollitos pequeños que si se cocinan bien saben riquísimos. Yo los aprendía comer desde niña porque mi mamá los hacía en escabeche.
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Muchas personas odian las coles de bruselas porque cuando las han probado no han estado bien cocidas y no han tenido un sabor agradable, de hecho muchas las han comido hervidas o salteadas y así no saben muy bien. La mejor manera de comerlas es al horno (cocidas hasta caramelizarlas como aquí o fritas (como en esta otra receta)
Hay personas que las relacionan con comida de dieta pero te aseguro que para mí y para muchos otros son una delicia.
Fáciles de preparar, aunque son un poquito trabajosas porque tienes que tomar cada uno de los repollitos y cortarlos en mitades o en cuatro si son muy grandes, lavarlos, sazonarlos y ponerlos en una bandeja en una sola capa.
Para prepararlos tienes que cortar el tallo y luego cortarlos en mitades, sacando las hojas de afuera que estén feas. Los lavas con agua y los secas. Luego los pones en un bol y los sazonas con aceite de oliva y sal kosher (sin miedo). Se hornean a 425 F por 20 minutos aproximadamente. Sigue leyendo aquí.