La inspiración de esta sopa nace de lo que encontré en mi nevera. Eso que popularmente le llamamos “left overs”. Había sancochado calabaza y name, y estaba convencida de que si no los aprovechaba ese momento, posiblemente terminaría perdiéndolos. Si algo he desarrollado a lo largo de mi estrecha relación con la comida es una gran apreciación.
No me gusta botar comida. Por eso apuesto a mi creatividad. Abro la nevera, veo además que hay en la alacena, y me aventuro a crear. Esa creación la divido en unos aspectos a mi entender fundamentales. Platos de poco tiempo, nutritivos, rico sabor, balance en texturas y, finalmente, evitar en gran medida la producción de basura o desperdicios.
En mi plato tengo una gran responsabilidad. Quiero nutrir mi cuerpo, mi familia y mis pensamientos. Además deseo sentirme energizada, con la mente despierta y el cuerpo liviano. Por eso es tan preciso velar por lo que comemos. Responder en cada plato que como, por que motivo y de que manera. Lo que pueden tener presente es que platos de origen vegetal, íntegros y variados pueden ofrecer un espectro de la vitalidad que nuestro cuerpo necesita.
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Así que luego de revisar la nevera y despertar la creatividad en tres, dos , uno… he aquí una de las sopas más sabrosas que haya preparado.
Receta
¿Qué necesito?
Ingredientes:
1 taza de calabaza cocida (sin cascara)
1 taza de ñame cocido
1 taza leche de coco
¼ cdta sal de mar
¼ cdta jengibre en polvo
pizca de pimienta de Cayena (a mi me gusta bien picantito)
Decorar con germinados
¿Qué hago?
Procedimiento:
Licúa todos los ingredientes y acompaña de tu germinados o nueces favoritas.
¡Listo!
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