Salud

La comida sosa y el mito del sabor

Su uso excesivo redunda en riesgos para la salud

La gastronomía saludable ha ido en crecimiento, y la sal es un elemento básico en toda cocina para potenciar el sabor de los alimentos. En muchas ocasiones he escuchado personas con la expresión: “está buena y no es sosa”. Ahora bien, hay detenerse a pensar: ¿realmente es saludable, contiene la cantidad correcta de sodio, sabes cuánto sodio estas consumiendo en la comida?

Constantemente toco este tema porque en Puerto Rico abusamos de ella. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que la cantidad máxima de consumo de sodio por persona, si no padeces alguna condición de salud, es de 2,300 mg al día (solo 1 cucharadita de sal diaria) y la realidad es que se consume mucho más. El sodio es un mineral esencial, es clave para el funcionamiento del sistema nervioso y mantiene el equilibrio de electrolitos en nuestro cuerpo para evitar la deshidratación.

Contamos con diferentes tipos de sal en el mercado, cada uno de ellos con características especiales para distintas preparaciones. Veamos algunas de las de las más comunes en nuestra cocina:

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Sal de mar – se obtiene por la evaporación del agua de mar, su tamaño es mayor porque no tiene proceso de refinado. Ideal para pescados, carnes, cocina a la plancha o a la parrilla. Su sabor es más fuerte, por lo que se puede utilizar menos cantidad.

Sal del Himalaya – procede de una roca, es de gran pureza, el color rosa depende de la profundidad y el contenido de hierro. Su sabor ligeramente más amargo, perfecta para carnes, pescados y ensaladas.

Sal Kosher – se ha ido introduciendo en las cocinas gourmet por su pureza, no contiene yodo. Es la permitida en la cocina judía, contiene menos sodio que la sal de mesa o sal marina. Utilizada en la gastronomía gourmet.

Sal fina de mesa – es sal marina industrializada con un proceso de refinado y se le añade yodo, es de sabor ligeramente metálico. Económica, se disuelve muy rápido, ideal para cualquier plato frio, caliente, postres y ensaladas

Sal ahumada – es sometida a un proceso para llevarla a este sabor intenso, ideal para condimentar carnes y pescados. Este tipo de sal es agradable al paladar, se debe evitar su uso prolongado ya que el consumo excesivo de alimentos ahumados no es de beneficio a la salud.

Sal sin sodio – se utiliza para crear el sabor salado. Este tipo de sal no es recomendable para las personas diagnosticadas con deficiencia en la función renal, su alto contenido en potasio los puede llevar a otras condiciones cardiacas.

Beneficios de consumir la cantidad correcta de sodio:

Presión arterial estable – evita que el corazón se esfuerce para mantener normal la circulación sanguínea.

Ayuda a bajar de peso – evita la hinchazón del cuerpo, al no retener líquidos, y previene padecer sobrepeso.

Fortalece los huesos – el exceso de sal provoca la pérdida de calcio a través de la orina.

Evita padecer condiciones de salud como deficiencia renal.

No nos percatamos del consumo de sal en exceso, lo que redunda en riesgos severos para la salud. Nuestra comida criolla es alta en sodio, tenemos el concepto de que mientras más condimentada más rica sabe, pero es importante pensar en las consecuencias a largo plazo. Adjunto una comparación del sodio en algunas de sales más usadas en nuestro país:

Tipo de sal Sal del Himalaya Sal Kosher Sal de mar Sal de mesa
Miligramos 1,680 1,800 2,200 2,300
Cucharadita por día 1 1 1 1

Leer la etiqueta nutricional es la única alternativa para saber cuánto sodio estamos consumiendo. Cuando comparto recetas o comidas y me comentan “está bueno, pero soso” siempre mi respuesta es y será: “contiene la cantidad de sal correcta para no padecer de problemas de salud”. Existen hierbas y especias para dar sabor a las comidas, pero jamás el sabor será salado.

Es imprescindible adaptar el paladar. Al medir la sal en las comidas te vas a dar cuenta que has estado consumiendo una cantidad innecesaria de sodio. Comer salado no significa que tenga mejor sabor. Vamos a mejorar nuestros hábitos. ¡Cuídate, por ti y por los tuyos!

La autora es propietaria, Criolite

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