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El secreto del sabor: el ingrediente que no puede faltar cuando prendes el BBQ

También es importante que el humo haga su magia

En una isla donde el asador es rey y cada reunión familiar tiene como banda sonora el chisporroteo de las brasas, hablar de carne a la parrilla es casi un acto patriótico. Pero más allá de la calidad del corte, del carbón o incluso del método de cocción, hay un ingrediente que, según muchos puertorriqueños, nunca puede faltar: el ajo fresco.

Para los amantes del sabor boricua, el ajo es mucho más que un condimento. Es el alma de la marinada, el punto de partida de cualquier adobo y, para muchos, el responsable de esa corteza dorada y sabrosa que se forma al sellar un buen churrasco, una costilla o unas alitas en la parrilla. Ya sea majado con aceite de oliva y orégano, picado fino con limón o combinado con sazón criollo, su presencia es indispensable en las carnes a la brasa del país.

“El ajo tiene ese poder de profundizar el sabor sin opacar el carácter de la carne”, comenta Luis Gerena, cocinero aficionado de Caguas que organiza asados todos los fines de semana. “En casa no se prende el BBQ si no hay ajo majado con un poquito de vinagre y aceite para frotar el pollo”, asegura.

Además del ajo, los expertos y entusiastas del asado en Puerto Rico coinciden en que el toque final lo da la paciencia. Dejar que la carne repose en su sazón, cocinarla sin apuros y permitir que el humo haga su magia es tan importante como el ingrediente en sí.

Por supuesto, hay espacio para la creatividad: cerveza, jugo de piña, achiote, cilantro, hasta café negro son opciones que algunos cocineros locales usan para innovar en sus marinadas.

Sin embargo, en el imaginario popular, si hay que escoger solo un ingrediente esencial, el ajo se lleva el premio por su capacidad de transformar cualquier corte en una experiencia de sabor profundamente puertorriqueña.

¿Qué no puede faltar en tu adobo cuando prendes el BBQ?

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