Aunque cada amante del café tiene su manera favorita de prepararlo, hay métodos que generan controversia, especialmente cuando se trata de alterar la técnica tradicional.
Uno de los debates más comunes en la cocina puertorriqueña gira en torno a una pregunta: ¿se puede echar leche directamente en la greca para colar el café?
La respuesta corta es no se recomienda, al menos no si se busca preservar tanto la funcionalidad de la cafetera como la calidad del café.
Según baristas y expertos en café, añadir leche en el compartimento inferior de la greca —la parte que normalmente se llena con agua— puede afectar negativamente el proceso de extracción y dañar el equipo.
“El diseño de la greca está hecho para que el vapor del agua caliente suba a través del café molido, no para hervir leche”, explica David Ríos, barista certificado con experiencia en métodos tradicionales.
“La leche tiene proteínas y azúcares que, al calentarse a altas temperaturas, pueden caramelizarse y dejar residuos pegajosos en las válvulas o en el conducto interior de la cafetera”.
Además, el riesgo de que la leche se queme es alto, lo que no solo produce un sabor amargo, sino que también puede obstruir el mecanismo de presión y poner en peligro la seguridad del aparato.
Esto sin contar que los residuos lácteos son más difíciles de limpiar y pueden generar malos olores o incluso proliferación de bacterias si no se lavan bien.
¿La mejor alternativa? Colar el café en la greca como de costumbre —usando solo agua— y añadir la leche caliente al gusto una vez esté listo. De esta manera, se mantiene la integridad del café y se protege la durabilidad del equipo.
Aunque la creatividad en la cocina es bienvenida, cuando se trata de la cafetera greca, los expertos coinciden: la leche va en la taza, no en la greca.