La cocina de tradición se saborea distinto cuando lleva sello propio. Así lo demuestra La Cueva del Mar, que añadió a su menú una nueva propuesta que promete convertirse en el próximo favorito de sus comensales: el ossobuco, un plato de herencia europea reinterpretado con el inconfundible sazón boricua de la casa.
Servido en un generoso plato hondo y acompañado por una copa de vino tinto, el ossobuco de La Cueva del Mar destaca por su carne tierna que se desprende del hueso con apenas tocarla.
Cocido a fuego lento, en una salsa espesa y aromática, este corte tradicional —que suele provenir del jarrete de res— resalta por su textura melosa y el toque especial de la casa, que fusiona técnicas clásicas con sabores locales.
El plato, además, ha sido pensado para maridar con vinos tintos de cuerpo medio a robusto, ideal para resaltar los matices de la salsa y equilibrar la intensidad de la carne.
Disponible ya en los distintos locales de La Cueva del Mar.